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5 máximas que los abogados deben saber al encargarse de un divorcio. A cargo de Gabriela Cid de León B.

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5 máximas que los abogados deben saber al encargarse de un divorcio.

 

Cualquier divorcio o separación es un infierno personal. En todo momento debemos tener esto en cuenta.

A los abogados continuamente nos van a plantear consultas sobre divorcios o separaciones con bienes o hijos a lo largo de nuestra andadura profesional, nos dediquemos o no a la materia familiar. Al respecto, es importante estar capacitados y de preferencia especializados en la materia. En todo caso, hay que tener en cuenta que llevar a buen término estos procesos, que por lo regular son delicados, con muchos matices diferenciales, siempre va a requerir asesoría particular del caso concreto.

Llegado el momento de la consulta legal, es importante saber a lo que nos podemos enfrentar como profesionales. Motivada en mi propia experiencia profesional, me permito compartirles cinco máximas que considero que todo abogado/a debería tener en cuenta antes de enfrentar estos casos, que, debido a las circunstancias sociales, cada día van más en aumento. Aquí las tienen:

  1. No todas las personas que acuden a asesorarse por divorcio o separación lo van a llevar a cabo finalmente.

Las personas que acuden para una asesoría de divorcio o separación, muchas veces solo quieren información de lo que se trata el trámite, de la situación en la que se encuentran, por prevención y para visualizar el posible futuro llegado el momento de la decisión real.

Muchas acuden motivadas por una crisis matrimonial o de pareja, pero no necesariamente están preparadas para tomar la decisión de separarse. Otras acuden a la consulta legal con una decisión firme, que no obstante cambia posteriormente; recordemos que las relaciones de pareja habitualmente tienen altibajos. Habrá veces que la persona a quien asesoramos deje de comunicar con nosotros durante largo tiempo, y posteriormente regrese al pasar de meses o años, cuando haya procesado y asimilado la inevitabilidad de la separación. La cadencia temporal es decidida por el cliente, y hay que darle margen para que eso ocurra, sin presión. Por muy buena asesoría que se haya prestado o aunque veamos a las personas sin otra opción más que separarse legalmente, esa trascendente decisión solo depende del cliente. Se debe tener en cuenta.

  1. La escucha atenta del cliente.

En las complejas relaciones de pareja, las personas deciden acudir a una asesoría legal cuando la situación se pone seria. No es fácil para los clientes visitar al profesional por este asunto. Recordemos que en general “ningún matrimonio o pareja se une para divorciarse o separarse”; antes al contrario, la separación o divorcio se percibe, tanto por las personas concernidas como por la sociedad, como un fracaso. Por ello, ya tan solo la decisión de ir con abogados, resulta muy trascendental y difícil para el cliente.

Por esa razón, al ir el cliente en un estado que implica demasiada emocionalidad, ello deviene en el querer hablar. Es importante que el profesional mantenga un orden con el cliente: primero, tomar sus datos generales, un formulario personal que permita al profesional darse una idea clara del caso; posteriormente, dejar hablar al cliente para saber qué requiere, qué espera de la consulta y cuál es su objetivo.

En este hablar sobre su historia, los clientes (unos más vulnerables que otros) pueden extenderse por su necesidad de comunicar. Hay que dejarlos platicar e ir anotando todo, hasta tener los elementos necesarios para otorgar una consulta eficaz y completa que cubra las necesidades de la persona. Es importante decir que muchas veces los abogados de familia son confundidos con psicólogos; justamente se puede detectar en esta necesidad de hablar, de ser escuchados, que ya salen de un rango legal, y en esos casos, ayuda mucho contar con un profesional en psicología, que ayudará a las personas a superar sus crisis internas y apoyará a los abogados en tomar mejores decisiones para el caso. Por otra parte, los abogados también debemos tener en cuenta que la psicología es una disciplina aparte que sale de nuestra esfera y requiere atención profesional específica: nosotros no somos psicólogos; por mucha experiencia que se tenga en el ramo. Lo responsable es tener esto presente.

  1. No necesariamente es el divorcio la finalidad del cliente, sino otras cuestiones inherentes, aunque ellos piensen que el divorcio es lo que resolverá sus problemas.

Importante para el abogado es escuchar tanto lo que el cliente dice como lo que no dice; así, como lo leen. Las personas acuden por lo regular por su primer divorcio, a veces impensable en sus vidas, otras por el segundo o tercero, pero en cada caso se debe saber primero delimitar “el objetivo” real de las personas.

Algunas piden que se termine la violencia que viven y piensan que el divorcio lo resolverá. Otras que sus parejas puedan aportar manutención de forma más equitativa y mediante algo que los obligue. Se trata de varios supuestos que UN DIVORCIO, por sí mismo, NO VA A SOLUCIONAR.

Ahí, en el inicio de la asesoría, es cuando tenemos que decir con cautela y empatía las cosas que la persona debe saber y no necesariamente las que quiere escuchar. El divorcio, como sabemos, solo resuelve el estado civil de las personas. Pero todas las cuestiones inherentes, como custodia y convivencia de los hijos, alimentos, lugar donde radicará cada uno, se deben definir en un convenio de mutuo acuerdo y si no mediante controversia judicial que el Juez resolverá; y si bien es cierto que el convenio debe ir acompañado con la solicitud inicial en caso de divorcio unilateral, muchas veces esto solo da oportunidad a la otra parte para tener tiempo, prepararse y oponerse. Por lo que la asesoría debe ser enfocada, en primer término, a la posibilidad de un convenio si hay las condiciones para ello; pero si no, tomar decisiones determinantes a fin de no dar ventajas innecesarias a la otra parte en caso de visualizar controversia.

En este sentido, aunque la persona quiera el consabido “divorcio”, si eso no le resolverá de fondo los objetivos que necesita, lo mejor es recomendarle el inicio de acciones tendientes a proteger integridad, patrimonio, hijos y a veces su misma seguridad personal. El divorcio podrá esperar en todo caso. Por supuesto que si la persona tiene la idea clara y lo pide tal cual, pues habrá que tramitarlo, pero con los riesgos debidamente sabidos y conocidos de forma tal que no exista un reclamo posterior.

  1. Las personas te contarán su historia desde su perspectiva.

Este aspecto se debe tener presente en todo momento: escuchar la historia del cliente no implica olvidar que lo él o ella la relata desde su perspectiva, desde su realidad o conveniencia. Encontrarás de todo, por ello las preguntas del profesional son importantes para tratar de indagar e investigar más, solo para poder enfocar mejor la asesoría y dar las mejores recomendaciones.

Hay ejemplos claros de una previa justificación. Miren:

– “Bueno, sí, peleamos y lo golpeé pero él inició” (anotar fecha, por qué lo dice, cómo fue esa pelea y si alguien denunció).

– “Sí, a veces le digo insultos, pero ella también a mí” (investigar contextos).

– Utilizan demasiados adjetivos u ofensas contra la pareja (indagar más sobre esto y recomendar no más usos de ofensas y adjetivos).

– “A partir de que tenemos problemas, me da todo el dinero en efectivo” (anotar fecha y conceptos).

Son solo algunos ejemplos que los abogados deben considerar para saber desde qué óptica podríamos abordar la ofensiva, saber el punto que una defensa podrá decir y de qué elementos de prueba disponemos, indagar quién es el tipo de cliente que tenemos para poder asumir una defensa mejor y clara, con recomendaciones precisas, ya que todo Juez tiene la obligación de escuchar a las dos partes. Es ahí cuando iniciamos la preparación de un caso.

  1. Hay personas que ocultan información, o incluso mienten.

Por alguna razón, algunas personas suelen ocultar información o mentir, quizás por temor a ser juzgados o a que no asumamos su defensa. Craso error que puede salir caro, y, sin embargo, es más común de lo que parece.

Es indispensable hacer ver al cliente la importancia de que no omita información; hay que convencerles de que, en la práctica, acude a nuestra consulta como a un confesionario, protegido por el secreto profesional, para poder ayudarlo mejor. Aun con todo y esto, los abogados debemos tenerlo claro: muchas personas incurren en esta conducta de ocultación. Las sorpresas vienen después, aunque el que se trate de  hechos que no fueron informados, exime de responsabilidad al profesional. Pero es conveniente recalcarlo de inicio.

Espero que estas cinco máximas les sean de utilidad, en especial si se dedican a la materia familiar. En la práctica de nuestra profesión encontrarán muchos supuestos suficientes para escribir novelas, los casos de divorcio y separaciones superan la ficción, y en ellos los abogados somos sorprendidos por la naturaleza humana de múltiples formas. En estos casos, lo importante es mantener un orden, cabeza fría y hacer el mejor esfuerzo por ayudar a nuestros clientes a cumplir sus objetivos y dar solución a sus peticiones. Ellos no son abogados, nosotros sí.

Quisiera, por último, subrayar la importancia de la empatía en estos casos, en los que estamos ante un drama e infierno personal, y en los cuales se define en gran medida el destino de las personas afectadas. Hay que hacerlo lo mejor posible a fin de que eviten regresar a juzgados: elaborar en todos los casos convenios completos con visión prospectiva, de futuro, pensar en todos los supuestos que se pueden dar y que les dé la mayor tranquilidad posible y puedan reestablecer su serenidad con la mayor certidumbre, al menos la legal.

“El divorcio es indispensable en las civilizaciones modernas”.

Barón de Montesquieu

Gabriela Cid de León B.

21 de octubre de 2021



GABRIELA CID DE LEÓN., abogada especializada en derecho de familia.

País: México.

Licenciada en derecho, especialista en materia civil, familiar y mercantil por la Universidad Panamericana, abogada postulante con dos posgrados en la Universidad de Salamanca.

En el ámbito laboral, desde hace más de 20 años inició su firma legal, da conferencias, entrevistas y algunas cátedras especiales sobre su especialidad.

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