Eternas tareas sin complejidad jurídica. Traqueteo arriba-abajo de documentos a modo de secretari@ glorificad@. Pasantía con especialización en hacer ristretto y capuccino y, como sueldo, 100€ por Navidad a modo de aguinaldo (el resto de meses, tarjeta de tren a cargo del despacho y ve tirando). A casi tod@s cuant@s me leéis os recorre un escalofrío al recordar esos tiempos oscuros, u os estremecéis pensando la que os espera cuando os toque hacer prácticas. Algun@s pobres desafortunad@s preferís no seguir leyendo: es vuestra realidad diaria ¿Y si hubiera otra manera?
<<Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es una virtud, sino un hábito>>
Aristóteles
Hace dos años, cuando empecé con la Asociación sin ánimo de lucro Jóvenes Juristas, era un estudiante de 3º de Derecho y Ciencias Políticas con ganas de comerse el mundo y que veía que si quería hacerlo le iba a tocar buscar otro sector: El emprendimiento parecía la única vía para un estudiante sin padrinos, de resultados académicos mediocres y con demasiada hambre, literal y metafórica, o demasiada poca vocación (ya nunca lo sabremos) como para hacerse un camino a base de MOOTs, debates y muchos años de duro esfuerzo académico y pasantías no remuneradas. Hoy, solo una de tales cosas sigue siendo verdad: Me dedico a emprender, y el hambre sigue ahí aunque sea solo metafórica, pero me encanta la profesión jurídica y sueño con el día que me ponga mi primera toga como Letrado. Tengo una relación más cercana que nunca con el Derecho, pero paradójicamente ha desaparecido la presión psicológico-económica de terminar los estudios para colegiarme y obtener “un oficio de provecho”: Ya tengo un oficio de provecho, emprendimiento aparte: soy jurista.
Decía Luttwig Wittgenstein que “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”, pero aun así sigue siendo increíble el poder de una palabra: Parece que todos, despachos de abogados y mundo estudiantil por igual, hemos olvidado el significado de la palabra jurista, el término que nos engloba a todos los profesionales legales por igual, sin importar el sector (uniendo a jueces, fiscales, abogados, consultores y cualquier especialidad imaginable) ni el punto de desarrollo académico en el que estemos: ¡incluye a los estudiantes! Y lo hace por una razón: El estudiante o graduado de Derecho aún no colegiado, pese a sus carencias, es ya un conocedor privilegiado del Derecho en su conjunto, que recuerda probablemente con mayor frescura y rapidez todo tipo de materias jurídicas y es capaz de comprender suficientemente la lógica de nuestro Ordenamiento Jurídico para resolver todo tipo de problemas jurídicos. No es ni debería nunca ser una especie de auxiliar administrativ@/chic@ de los recados, ni ser tratado como un aprendiz carente de cualquier capacidad de autonomía y por tanto de cualquier valor otorgable a su trabajo.
De ahí la más que razonable frustración de nuestr@s estudiantes, graduados y colegiad@s de primeros años ante el fenómeno innegable y vergonzante de las eternas prácticas no remuneradas como manera de proveer a despachos de personal auxiliar dedicado mayoritariamente a tareas no jurídicas o de escasa complejidad de manera gratuita, de l@s abogad@s de primeros años trabajando jornadas completas bajo régimen mercantil y con sueldos de 300-600€ al mes en despachos pequeños y medianos y demás insultos del actual esquema de relaciones entre el mundo profesional y el académico/estudiantil al colectivo de los jóvenes juristas.
Pero por parte de los despachos (sobre todo pequeños y medianos) la cosa no está mucho mejor: Argumentan, con toda la razón, que son tiempos de crisis también para ellos, que deben formarse y reciclarse permanentemente y que, en definitiva, las pocas horas que finalmente se facturan, aunque a un alto precio en relación al precio/hora de tantas otras profesiones, esconden muchísimo más tiempo detrás de estudio, preparación, tareas de administración del despacho, ventas/búsqueda de clientes… Un fenómeno escasamente comprendido por todos fuera de la población Letrada, incluso entre los estudiantes de Derecho, Doble Grado o Máster. Se quejan, por tanto, de que si deben dedicar algunas de sus escasas horas a formar a estudiantes con conocimientos jurídicos generales pero sin formación o habilidades profesionales demostrables pagarles supondría una carga inasumible además de un absurdo: Solo si se pudiera confiar en ellos plenamente para realizar trabajo autónomo, aunque supervisado, y aportar así valor a la empresa tendría sentido retribuirles.
Entendemos y compartimos, como estudiantes por un lado y emprendedores por otro, ambas problemáticas. Por eso nació el proyecto Jóvenes Juristas, hoy convertido en una entidad que provee experiencias formativas y primeras oportunidades laborales a más de 180 estudiantes y jóvenes profesionales de toda España cada año: Porque entendimos que conocimiento académico y capacidad profesional no son lo mismo, pero también que si solucionamos ese “gap” formativo que separa la Universidad de los despachos l@s Jóvenes Juristas tenemos mucho que aportar: Proveemos una capacidad de trabajo autónomo, flexible y responsable que puede ser una solución para los picos de faena y que puede brindar a muchos despachos pequeños y medianos una manera de poder aumentar su productividad y número de horas facturadas sin incrementar la carga de trabajo de l@s Letrad@s al delegarse las tareas que no requieren colegiación para efectuarse (redacción de documentos, búsqueda de jurisprudencia y legislación, realización de trámites burocráticos, resolución de dudas de clientes…); facilitamos a despachos y otras empresas la búsqueda y contratación de nuevos jóvenes talentos, a los que mimamos y formamos al máximo para que no solo estén 100% list@s para su trabajo, sino también 100% motivad@s; ayudamos a todo tipo de instituciones a mantenerse al día con las últimas tendencias respecto a Márketing, RRSS y formación/RRHH dirigidos a jóvenes juristas y realizamos tareas de voluntariado jurídico gratuitas en despachos y entidades que llevan a cabo programas pro bono de asesoría o formación a l@s más necesitad@s.
¿Cómo garantizamos que nuestr@s asociad@s están a la altura de trabajos jurídicos complejos?
Pues siendo la primera entidad sin ánimo de lucro en nuestro país en velar por el pleno desarrollo del potencial académico, profesional y personal de l@s jóvenes juristas con talento, y hemos desarrollado programas formativos para estudiantes de Grado, Doble Grado y Máster 100% centrados en prepararles para su futuro ejercicio de la profesión jurídica:
- El programa de Formación Continua, por el que pasan tod@s nuestr@s asociad@s, consistente en clases mensuales de contenido eminentemente práctico y procedimental, impartido por todo tipo de profesionales del Derecho en cuanto a materias de especialización y trayectoria profesional. Además, procura adaptarse en todo momento a las necesidades de l@s participantes de los programas de Asesoría Jurídica a despachos, Voluntariado Jurídico y demás programas “profesionales” de Jóvenes Juristas.
- Law Practice School, el curso por el que nos conocieron, y decidieron quedarse, la mayoría de nuestr@s asociad@s: El único campus en España diseñado por y para estudiantes de Grado, Doble Grado y Máster que quieren gozar de la oportunidad de vivir una primera experiencia de cómo puede ser su futuro laboral en diferentes modalidades o “ramas” de la profesión jurídica: Litigio, Mediación y Asesoría, en un entorno controlado pero 100% real. El curso, que dura 6 días y se realiza semestralmente (Febrero/Julio, ¡justo al acabar exámenes y recus!) consta de dos días en qué l@s alumn@s asisten a clases de oratoria con Fernando Carrera, uno de los mejores si no el mejor profesional joven de la materia en nuestro país, combinadas con sesiones impartidas por profesionales con entre 2-10 años de ejercicio en las que estos rompen algunos de los grandes mitos alrededor de la profesión jurídica y tratan de transmitir a l@s alumn@s los principales trucos que les han servido para llegar a dónde están (algo que sin duda es un mundo para los que aún recorremos los pasillos de la Facultad); seguidos por otros dos días en qué se dividen en grupos a su elección (Litigio, Mediación o Asesoría) que se dedicarán a intentar comprender al dedillo los rudimentos, los elementos básicos, de cada “rama” de la profesión jurídica, a fin de que el 5º día de curso puedan llevar a cabo con solvencia una Audiencia Previa + una Vista Oral individuales en los Juzgados de Terrassa y evaluados/juzgados por jueces/zas de carrera (Grupo de Litigio), 6 horas de Asesoría en Cuatrecasas (Grupo de Asesoría) o una sesión informativa + constitutiva de proceso de mediación en el Institut de Mediació Integral de Jordi Casajoana, Presidente de la Comisión de Mediadores del ICAB (Grupo de Mediación). Si algo nos avala son nuestr@s alumn@s, con las valoraciones más bonitas que haya podido recibir un curso jamás.
Los Jóvenes Juristas tenemos mucho que aportar. Era momento de demostrarlo. Con nosotr@s el Derecho #SeVive
No querría terminar sin dar las gracias a los Cofundadores de este proyecto, Carlus Izquierdo y Andrea Mendiola, por haber estado conmigo desde el principio. Sin ellos, nada de esto habría sido posible.

Héctor Cuenca, Cofundador y Presidente – Jóvenes Juristas
Barcelona, 24 de diciembre de 2018.
+ Sobre Jóvenes Juristas – www.jovenesjuristas.es
+ Sobre el programa Law Practice School – www.jovenesjuristas.es/wlps2019
- Programa formativo https://goo.gl/YGwuEb
- Valoraciones alumni (resumen) – https://goo.gl/cxF1NV
- Valoraciones alumni (individual) – www.jovenesjuristas.es/alumni
+ Sobre el programa de Formación Continua – www.jovenesjuristas.es / https://goo.gl/GB7ojs
+ Sobre el programa de Asesoría Jurídica a despachos – www.jovenesjuristas.es/asesoria
+ Sobre los programas de Apoyo al Empleo y Consultoría – ¡Contáctanos!
+ Sobre el programa de Voluntariado Jurídico – ¡Contáctanos!
+ Sobre nuestras delegaciones:
- 1ª Delegación local – Joves Juristes de Catalunya – www.jovesjuristes.cat
- 2ª Delegación local – Joves Juristes Balears – www.jovesjuristesbalears.es