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Unos días antes de experimentar nuestra participación en este “Gran Hermano” particular la Comisión Europea presentó la Nueva Estrategia Industrial para Europa la cual pone el foco en las pymes procurando facilitar su transformación ecológica y digital. [i]
Esta estrategia busca reforzar el tejido industrial de Europa compuesto fundamentalmente por pymes (bastante distintas las españolas de las alemanas eso sí) mediante la simplificación de burocracia para el acceso a financiación de la innovación así como con la inversión más grande de la historia en I+D+i. La apuesta de la UE, Horizonte Europa[ii], el nuevo programa marco de financiación 2021-2027, supondrá el desembolso de 100.000 millones de euros (ahora 80,9M€ según lo acordado EUCO: 75.900M€ #HorizonEU +#NextGenerationEU 5.000M€) en actividades de investigación y desarrollo para lograr así una innovación que pueda competir a nivel mundial.
Esta postura de la UE viene motivada al levantar (por fin) la cabeza y ver a lo lejos la estela de sus competidores asiáticos y norteamericanos. Algunas sociedades[iii], por suerte para algunos, ya lo han entendido; Corea del Sur (4,53%), Japón (3,26%) o EEUU (2,83%) apuestan porque el valor añadido de su economía sea la generación de conocimiento y la transferencia del mismo. Pero ¿cómo es posible que la intensidad de inversión en I+D (2,19% del PIB) de todo un continente (Europa) sea la misma que la realizada por un único país; China?
Y una vez invertido, como es lógico, los territorios que más apuestan por la I+D quieren capitalizar sus activos y rentabilizar la inversión realizada, y esto es muy difícil si no se cuenta con la propiedad de los resultados o una estrategia de protección alineada con el modelo de negocio. Fijémonos por ejemplo en las solicitudes de patentes[iv]. Los líderes mundiales, de nuevo, son China, Japón y EEUU y sin llegar a la mitad de solicitudes del top tres de protectores, nos encontramos con el único país europeo que se cuela en este ranking, el socio alemán. ¿Es este el camino por el cual Europa pretende desarrollar tecnologías propias? ¿Este es el camino hacia la soberanía tecnológica europea?
Obviamente no es la solicitud de una patente la única (ni necesaria) manera de asegurar el retorno de I+D pero que las políticas de IP estratégicas alineadas con el modelo de negocio son esenciales para ayudar a todas las empresas a crecer, crear empleos y proteger y desarrollar lo que hace que sean únicas y competitivas es por todos sabido y desde hace tiempo, cuantificado por distintos estudios[v], y es que las pymes que solicitan patentes, marcas, dibujos o modelos tienen una mayor probabilidad de registrar un alto crecimiento que las pymes que no lo hacen (según EPO y EUIPO).
No es casual que la Nueva Estrategia para la Industria europea contemple un refuerzo de su sistema de Propiedad Intelectual y un Plan de acción en IP (donde se pudieron hacer aportaciones hasta el 31 de agosto) para evaluar la necesidad de actualización del marco legal europeo, garantizar un uso inteligente y estratégico de la propiedad intelectual y luchar mejor contra el robo e infracciones de propiedad intelectual.
Y en mi opinión, más que “refuerzo” creo que la UE busca un “repensamiento” del sistema. En los últimos años estamos asistiendo a una evolución muy rápida no sólo de las tecnologías sino del acceso al conocimiento y de los usos y costumbres que la sociedad hace de las mismas y esto afecta a las leyes (y viceversa). Algunos ejemplos en los que pienso son la polémica aprobación de la Directiva de Derechos de Autor[vi] para adaptarla al Mercado Único Digital, la reforma del sistema marcario[vii] que cambió el concepto de marca abriendo la puerta a marcas no convencionales (marcas olfativas, marcas gustativas o incluso los hologramas) o más recientemente la experiencia de colaboración en innovación abierta de makers donde el Comité Europeo de Normalización (CEN) y el Comité Europeo de Normalización Electrotécnica (CENELEC), en colaboración con todos sus miembros, acordaron poner a disposición de forma abierta y libre una serie de normas europeas relativas a determinados productos sanitarios y equipos de protección individual. Del sistema de patente unitaria ya hablaremos otro día…
Por eso creo que la Unión Europea debe garantizar que su política de propiedad intelectual ayude a mantener y fortalecer la soberanía tecnológica de Europa y procurar que sus activos ayuden a incrementar la competitividad de las empresas europeas. Si Europa quiere competir a nivel mundial, debe apostar por sus intangibles; marcas, diseños, patentes, datos, know-how y algoritmos pero debe pararse a reflexionar y pensar cómo quiere lograr esa soberanía tecnológica y cómo prepararse para conseguirla.
Sergio Pérez García
21 de septiembre de 2020
[i] Enlace a la Nueva Estrategia Industrial Europea https://ec.europa.eu/info/strategy/priorities-2019-2024/europe-fit-digital-age/european-industrial-strategy_es
[ii] https://ec.europa.eu/info/horizon-europe-next-research-and-innovation-framework-programme_en
[iii] https://ec.europa.eu/info/research-and-innovation/strategy/support-policy-making/support-national-research-and-innovation-policy-making/srip-report_en
[iv] https://www.wipo.int/edocs/infogdocs/en/ipfactsandfigures2019/
[v] https://euipo.europa.eu/ohimportal/es/news/-/action/view/5143119
[vi] https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:32019L0790
[vii] https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX%3A32015L2436

El autor es licenciado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Pública de Navarra, Máster en Propiedad Intelectual e Industrial y Derecho TIC por la Universidad Internacional de La Rioja y Experto en Comunicación de la Ciencia por la UPV/EHU-UPNA.
Gestiona proyectos de I+D europeos en el Servicio de Gestión de Investigación de la Universidad de Navarra donde se dedica al asesoramiento a pymes e investigadores en cuestiones de transferencia de tecnología y estrategia IP, acceso a financiación I+D+i y gestión de la innovación así como búsqueda de socios estratégicos y formación de consorcios para proyectos internacionales.
Es coordinador de una red de expertos en Propiedad Intelectual de la Comisión Europea (European IP Helpdesk Ambassadors) compuesta por 44 profesionales de 25 países de toda Europa y gestiona el nodo Enterprise Europe Network de cooperación tecnológica en Navarra