LA HIBRISTOFILIA O POR QUÉ HAY PERSONAS QUE SON ATRAÍDAS POR LOS ASESINOS EN SERIE
Este mes en A Definitivas quiero traer una entrada algo diferente a lo que estoy acostumbrado a relatar por aquí. A raíz de la serie de Netflix sobre el asesino en serie estadounidense Jeffrey Dahmer y la enorme repercusión que esta ha generado, se abrió un interesante debate sobre el blanqueamiento o no de los deplorables actos que realizó durante los años 90. Al margen de dicha polémica, muchos comentarios en redes sociales venían a hablar de la posible atracción que estos asesinos o “personas malas” infundían en numerosas personas. Pues bien, esto no es un hecho asilado ni novedoso, más bien es algo que se ha visto durante toda la historia del ser humano y tiene un nombre: “hibristofilia”. Pero antes de hablar de ésta, quiero explicar un poco como funciona el cerebro humano y, concretamente, los trastornos sexuales.
Las preferencias sexuales suelen adquirirse en los primeros 15 años de vida, siendo que éstas marcaran los intereses para el resto de nuestra existencia. Existen una amplia gama de situaciones que harán que hombres y mujeres se exciten por algo en concreto, sin embargo, cuando dichas situaciones quedan fuera de lo que consideramos normal como sociedad se le denomina como parafilia.
Una parafilia sexual puede definirse como un interés o excitación sexual centrado en fantasías sexuales recurrentes caracterizadas por objetos o situaciones que no son habituales, se apartan de lo que son considerados estímulos sexuales normales o afectan a la capacidad para tener relaciones eróticas con otras personas, puesto que el placer sexual o la satisfacción misma solo puede conseguirse mediante dicha parafilia.
Es importante recalcar aquí que las parafilias no son enfermedades, sino trastornos, y solo requieren de importancia cuando éstas fuesen el único recurso para obtener placer sexual. Existen numerosos tipos, pudiendo agruparse en tres grandes grupos:
- Excitación y preferencias con objetos no humanos (Fetichismo, travestismo)
- Excitación con el sufrimiento y la humillación (sadismo, masoquismo)
- Excitación con parejas que no consienten (exhibicionismo, voyeurismo)
Al ser muy complicado definir lo que es normal y lo que no, entendiendo además que dicho concepto es muy contextual (la masturbación o la homosexualidad no han sido siempre “normales” para este concepto), lo realmente importante para su definición es el grado de interferencia que tiene dicho comportamiento para poder establecer satisfactoriamente relaciones sexuales.
Sentado esto, podemos definir la hibristofilia como la atracción sexual por gente peligrosa, es decir, atracción por personas que han cometido algún tipo de delito, estén encarceladas o que estén al margen de la ley. Esta fuerte atracción les lleva a admirarlas sobremanera, escribirles o ponerse en contacto con ellas, enviarles dinero e incluso mantener relaciones duraderas con ellos.
Este trastorno suele ser más acuciado en las mujeres, las cuales se sienten atraídas por diferentes causas por estos característicos seres. Se han hablado de muchas teorías acerca del por qué de dicha atracción, aunque como en todas las cuestiones psicológicas, no se ha podido encontrar un patrón común. Algunas de las teorías son el extremismo del fanatismo o bloqueos de los impulsos sexuales normales.
Numerosos casos de hibristofilia se han dado en la historia, siendo los casos más conocidos los de Ted Bundy, Charles Manson, Richard Ramírez (que incluso llegó a contraer matrimonio con su admiradora) o el propio Jeff Dahmer, todos ellos conocidísimos asesinos en serie estadounidenses. En España el caso más conocido de hibristofilia fue el de Iria y Raquel, dos menores que asesinaron a una amiga suya para saber “que se sentía al matar” según ellas. Estas dos menores reconocieron posteriormente haberse sentido inspiradas por José Rabadán, el famoso asesino de la Catana, enviando numerosa correspondencia la centro de menores en el que se encontraba recluido llegando incluso a proponerle matrimonio.
Ahora ya sabemos darle nombre a dicha atracción y que tanto debate ha traído en las redes últimamente.
José Rey, abogado.

Licenciado en derecho por la Universidad de Málaga, actualmente realizo el trabajo final del Máster en Derecho Penal y Política Criminal sobre los juicios paralelos en televisión y redes sociales.
Mientras estudiaba, participé en numerosos Torneos de Debate a nivel nacional, llegando a ser posteriormente Subdirector, profesor y formador de la Escuela de debate de Málaga Cánovas fundación.
Con la misma fundación, me formé en diversos talleres y títulos relacionados con el liderazgo y la comunicación además de con el trabajo en equipo.
Terminada mi carrera universitaria, pronto comencé a trabajar en un despacho de abogados en Málaga. Ejercí durante dos años como abogado en el mismo, ejerciendo las funciones tales del puesto, como redacción de escritos, estudio de temas, citas con clientes o realización de vistas entre otras.
A pesar de que la mayoría de mi tiempo lo he pasado siempre delante de los libros, siempre he tenido tiempo para el deporte, siendo miembro de equipos de baloncesto y partícipe en ligas provinciales desde muy pequeño, siendo hoy en día, mi mayor afición.