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La salud mental de los abogados. Más que un tabú: una prioridad. A cargo de Gabriela Cid de León.

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La salud mental de los abogados. Más que un tabú: una prioridad.

 

La salud mental necesita una gran cantidad de atención. Es un gran tabú y tiene que ser encarado y resuelto.

Adam Ant

Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es, en términos generales, un estado de bienestar en que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad; en ese sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.

De acuerdo con especialistas, afecta la forma en que sentimos, pensamos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar el manejo del estrés, de relacionarnos con los demás y en la toma de decisiones, siendo importante su cuidado en todas las etapas de la vida; desde la niñez, adolescencia, edad adulta y vejez.

Si tenemos cualquier malestar, lo normal es acudir al médico y si se trata de la salud mental pues habrá que atenderse de igual forma ¿o no?, es muy importante y más en un tiempo tan estridente y cambiante que demanda mucha paciencia y cables medianamente conectados para poder descifrar, entender y sobrevivir en aquello que a veces raya en el surrealismo.

Sabemos que la vida no anda de humor últimamente y la velocidad de su evolución demanda demasiado de cada persona para adaptarse; para algunos podrá ser más fácil y para otros no tanto. Lo mejor es cuidarse aunque sea por amor propio y por ética para el buen ejercicio profesional.

Ahora bien, en el sector legal, poco se habla del cuidado de la salud mental, aun cuando la Barra Internacional de Abogados revela que el 56% de los abogados padecen ansiedad generalizada y depresión; se duerme mal y hay propensión directa al consumo de alcohol y drogas.

Se puede entender que la abogacía es una profesión que “debe” proyectar fortaleza, determinación, seguridad y contundencia; con ese viejo y alto estigma de implacable e invencible. Lo que, además, no es del todo incierto; la debilidad que se proyecta impacta en los clientes y personas que te rodean, impacta en el trabajo que tengas, vamos que sí es cierto, si impacta.

Se antoja útil que desde la Universidad los profesores mencionen esta parte. Ayudaría mucho a mejorar el nivel de práctica en la profesión y el cuidado de la persona antes del profesional, sin lanzarte al ruedo así, sin conocimiento de tantas cosas de la práctica profesional y emocional de los abogados con una materia formal en psicología para abogados.

Si son muchas las profesiones que conllevan alto grado de estrés, una de ellas es la abogacía, la angustia de un caso, la resolución, los términos, los plazos, las esperas, los clientes no fáciles, el tema económico, los pagos, los clientes, sobrevivir día a día, las cargas de trabajo, los compañeros y colegas. En fin, motivos que acumulados agravan el estrés generalizado.

Todo esto se puede salir de control y exponernos a una presión “normalizada” que impactará seriamente en nuestro entorno si no hay un adecuado manejo personal y como profesionistas, la línea es muy delgada; estoy convencida de que el cuidado de la salud mental es prioridad y de forma consciente mejorará la calidad de vida del profesional y contribuirá a mejorar la profesión en sí.

De las cuestiones más normalizadas y que, además, parecen deberes (si no,  no calificas) tenemos:

  • No dormir lo suficiente o insomnio crónico;
  • Comer mal o no comer;
  • El temblor del ojo y otras manifestaciones físicas por motivos neurológicos.
  • El estrés;
  • La depresión intermitente o crónica;
  • Malas decisiones;
  • Distracción recurrente;
  • Dolores musculares;
  • Enfermedades cardíacas o cardiopatías.
  • Farmacodependencia

Todo esto provocado en parte por el estilo de vida profesional, los vencimientos de plazos y señalamientos de audiencias que interactúan con el ritmo cardiaco, el alto nivel de presión, los clientes demandantes, perderse la vida por la adicción al móvil, perder gradualmente la vista, la mala postura o lidiar con la falta de compromiso a veces del mismo cliente, los funcionarios judiciales o las instituciones.

Son varios los factores que se han normalizado como parte del ejercicio profesional aunado a los temas personales y familiares que son otros factores a los que se debe responder.

Además, imagina ver día con día la maldad humana en su máxima expresión; crueldad, bondad, delitos terribles que no son fáciles de manejar, las cuestiones emocionales de los asuntos familiares que suelen ser impactantes muchas veces, con la responsabilidad de tener la libertad, los bienes o patrimonio de las personas a tu cargo, vaya que fácil no se anda y por supuesto que se requiere apoyo psicológico o psiquiátrico para lidiar con tanto.

Lo comprobable es que es importante atenderse para mejorar como persona y profesional. Para ello la necesidad de contar con un profesional en la salud salud mental de cabecera por determinado tiempo parece ideal para el autocuidado y supervisión individual de los abogados. Así que ante los primeros síntomas que pongan en riesgo tu salud, vale la pena tomárselo en serio y hay que actuar en el momento.

Basta fijarse cómo se ha normalizado una estricta forma de trabajar de los abogados, de forma tal que se puede desdibujar incluso al profesional para ser un mero autómata; eso además si consideramos que lo que se ha normalizado conlleva problemas de salud y la vida misma, tanto en los despachos, instituciones o como independientes.

Hay que tener cuidado con todas las señales y se debe hablar claro para  generaciones presentes y futuras sin tapujo: el cuidado de la salud mental de los abogados es prioridad para dar un buen servicio en beneficio de la sociedad y se debería hablar con toda normalidad reconociéndonos como personas con una gran profesión cuyo autocuidado nos puede enaltecer aún más.

Ahora, si tu salud mental es más importante que el dinero, tu carrera,  lo que opinen los demás o tantas situaciones más, valdría la pena replantear  prioridades; jamás viene mal, ya que si cuidar de uno mismo significa quedar mal al mundo, hay que hacerlo. Y en todo caso buscar mecanismos para cuidarte y hacer lo que quieres sin descuidar a la persona en primer término. Opino.

Gabriela Cid de León

23 de mayo de 2022


GABRIELA CID DE LEÓN.

País: México.

Licenciada en derecho, especialista en materia civil, familiar y mercantil por la Universidad Panamericana, abogada postulante con dos posgrados en la Universidad de Salamanca.

En el ámbito laboral, desde hace más de 20 años inició su firma legal, da conferencias, entrevistas y algunas cátedras especiales sobre su especialidad.

3 comentarios en “La salud mental de los abogados. Más que un tabú: una prioridad. A cargo de Gabriela Cid de León.”

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