AD 75/2018
2. Analizar tu situación: activos y pasivos.
¿Cómo tenemos los flujos de renta a lo largo de nuestra vida y cómo queremos tener los flujos de consumo? Vamos a empezar a montar nuestro propio balance personal y nos ayudaremos de un par de figuras.
Empecemos por el principio. Este podría ser nuestro balance al nacer:
Figura 3 (elaboración propia)
En el activo tenemos lo que Marx llamaría fuerza de trabajo, la capacidad de trabajar a lo largo de tu vida. Aunque quizá deberíamos interpretar extensivamente el concepto ‘trabajo’…
Vamos a entender trabajo como la capacidad de dedicar nuestro tiempo de vida a las actividades que más valor nos aporten. Bajo esta definición cabe, por ejemplo, entender como trabajo algo muy importante, el tiempo libre.
Así, en el activo tendríamos una vida entera y la capacidad de dedicar ese tiempo de vida a distintas tareas. Nótese ya que no es un activo homogéneo, sino que va a tener intensidades, picos y valles. Según qué intervalo de tiempo dentro de esa vida escojas, no lo vas a poder dedicar a las mismas actividades con igual resultado. No vas a ponerte a cobrar 5.000 euros al mes con 20 años ni puedes el año 60 pretender ser un jugador de fútbol profesional.
¿Y qué hay en el pasivo? ¿Qué significa eso de fondos propios? Fondos propios significa que te ‘debes’ a ti mismo, que el activo es todo tuyo y que las rentas que produzca serán para ti.
Por tanto, vamos a intentar que esas rentas lleguen en el momento en el que las deseamos. Segunda figura:
Figura 4 (El Instituto Juan de Mariana visita el Colegio Alarcón[i])
El activo nos va a proporcionar la línea azul. Y el pasivo lo querríamos posicionar parecido a la roja.
Cuando la línea azul supere a la roja, estaremos ahorrando y ese exceso de renta irá destinado a consumo futuro. Si la línea roja supera a la azul, necesitaremos cubrir la diferencia con endeudamiento o desahorro.
Debemos conseguir, al final, que ambas líneas se solapen, es decir, cancelar el balance. O lo que es lo mismo machear perfectamente en tiempo y forma las rentas del activo vida entera con las demandas del pasivo fondos propios.
ANEXO: Crisis de oferta vs crisis de demanda.
Las crisis económicas son un desajuste entre la oferta agregada y la demanda agregada.
Creo que casi todas las escuelas económicas podrían estar de acuerdo con la frase anterior. No tanto quizá con el desarrollo de esa afirmación…
Existen, a grandes rasgos, dos desarrollos posibles:
- Echar la culpa del desajuste a la oferta.
- Echar la culpa del desajuste a la demanda.
Es decir, oferta y demanda agregadas no coinciden por un problema de oferta o por un problema de demanda.
Volvamos a nuestro balance y pongamos un ejemplo de una ‘crisis personal’.
Llego a casa a las 21:00 de la noche y deseo estar cenando a las 22:00.
Figura 5 (elaboración propia)
Pongamos que, por H o por B, la hora de trabajo la invierto en la preparación de un plato muy rico para el que estimo que voy a tardar cinco horas.
Este sería mi balance a las 22:00:
Figura 6 (elaboración propia)
Y ahí tenemos nuestra crisis, nuestro desajuste entre oferta y demanda. Lo más probable es que tengamos que ahorrar forzosamente (esperar las cuatro horas que faltan para concluir la receta) o liquidar el activo con pérdidas (malvender a nuestro hermano el plato a medio hacer por un pedazo de pizza) para poder comer a las 22:00 aunque sean unas migajas.
Ahora bien, ¿cabe echar la culpa a la demanda? Quiero decir, ¿en qué mundo cabe echar la culpa a la demanda?
Una cosa es tener presente la frase ‘no hagas lo que quieras, quiere lo que haces’, y otra muy distinta es decir que la economía consiste en machear oferta y demanda.
Que la oferta y la demanda no coincidan es una forma ambigua de describir el problema. Y es que el problema no es ese. Ese como mucho será una consecuencia, un efecto.
La causa subyacente, el problema de fondo, es que la oferta no está obedeciendo a la demanda. La demanda es la que es, punto, no hay más.
Cualquiera que argumente que lo que debe cambiar para alcanzar el equilibrio es la demanda, simplemente ha perdido el foco, ha pasado demasiado tiempo en el despacho intentando resolver algún sistema de ecuaciones y ha perdido de vista de qué va la película.
Los individuos, la sociedad, tienen unos deseos, unos fines, una demanda; y nuestros recursos, los medios, la oferta, debe adaptarse. No hay más. Y esto aplica tanto al plano individual como agregado.
Lo anterior no quita que se puedan reconocer las puntuales aportaciones valiosas de los teóricos de la demanda como hace Juan Ramón Rallo en su blog (Rallo sería capaz de encontrar algo bueno en el mismísimo diablo): precios no flexibles a la baja y recursos ociosos.
No obstante, las políticas bautizadas como ‘estimular el consumo’ no dejan de ser una auténtica barbaridad (¡anda! tipos de interés negativos, me suena de algo…), incluso añadiendo los supuestos anteriores. Aunque claro, desde el punto de vista del político pueden tener mucho sentido…
De hecho, como creo que veremos más abajo, al final los encargados de resolver los problemas de precios no flexibles y factores desempleados son los value investors y otros agentes similares. Son ellos los que tienen potestad para decir: ‘la demanda se equivoca, y yo me juego mis recursos en ello’. Esos agentes que se encargan de poner el precio correcto a las cosas, de anticiparse a la demanda futura, son los que al final actúan y deben actuar como dealer of last resort (véase esto[ii] o esto[iii]).
Pero no quiero adelantarme… Mi problema con la cena no es que quiera cenar a las 22:00, mi problema con la cena es que no tengo nada que cenar a las 22:00. Y mi solución no debe ser modificar mis deseos, sino modificar mis recursos.
Referencias bibliográficas
[i] El Instituto Juan de Mariana visita el Colegio Alarcón
https://youtu.be/C7Nill16SLc?t=44m56s
[ii] Francisco Capella – Dinero, banca, finanzas y ciclos económicos: temas clásicos y novedades
https://youtu.be/-e_4I0KVeUs?t=29m31s
[iii] Francisco Capella – Dinero, banca, finanzas y ciclos económicos: temas clásicos y novedades
https://youtu.be/-e_4I0KVeUs?t=41m22s
Autor: Diego Costa García
Formación: Master en Value Investing de OMMA
Cargo profesional: Middle Officer en azValor Asset Management
Pingback: Cancelando el Balance. Todo lo que debes saber sobre finanzas personales. A cargo de Diego Costa García. Parte 1