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De DPS en los videojuegos a Healer del derecho, a cargo de Marelisa Blanco.

AD 61/2019

Abstract:

Cuando hablamos de innovación siempre pensamos en grandes cambios, en nuevas tecnologías que cambiarán el mundo tal como lo conocemos, pero la innovación puede ser mucho más sencilla, hablaré en este artículo de tres vertientes que giran alrededor del lenguaje y de la construcción de los textos jurídicos: Derecho a entender (De PDS* en los videojuegos a healer en el derecho) Textos jurídicos y como mejorarlos (metafísica de los helados).

*Entiendase por DPS el personaje que hace daño en ciertos esports

Palabras clave:

  • Lenguaje claro
  • Legal design thinking,
  • Design thinking,
  • Derecho a entender,
  • Documentos,
  • Innovación jurídica,
  • Formación jurídica,
  • Justicia,
  • Ciudadanos.

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Introducción: De DPS en los videojuegos a Healer del derecho.

“The obligation of our profession is, or long has been thought to be, to serve as Healers of human conflicts”

“La obligación de nuestra profesión es, o por mucho tiempo se ha pensado que es, servir como sanadores de los conflictos sociales”

Chief of Justice W. E. Burguer

Cuando empecé mi trabajo como abogada me puse esta frase en un sitio donde pudiera verla, me resulta inspiradora y un buen reflejo de como entiendo la profesión.

Pero, para mí, tenemos una principal barrera que se resume en estas frases:

  • ¿Qué dice? ¿Qué pasa?
  • ¿Puede repetir?
  • ¿Entonces patento mi marca?
  • Tenemos que reunirnos, que sé que me lo explicaste, pero no entendí nada.
  • Si… claro… entendido…

El cliente no tiene porqué saber derecho y cuando usamos nuestro lenguaje técnico sin simplificarlo estamos generando una dificultad en la comprensión que derivará, a la larga, en problemas de entendimiento y nos veremos repitiendo lo mismo varias veces.

El lenguaje jurídico tiene las siguientes características según lo que aprendí cuando escuché a Estrella Montolío:

  • Tiene unos patrones rutinarios muy definidos
  • Comunicación práctica muy amplia (los usan jueces, fiscales, abogados, se ve reflejada en las leyes, los policías beben de él)
  • Es un discurso de poder.

Me resulta muy revelador que los operadores jurídicos construyamos nuestra identidad alrededor de este argot.

Eso explicaría porque pensamos que si no nos comunicamos como lo hacemos no mostraremos lo suficiente el rigor y calidad. A pesar de que ser claro no está reñido con el rigor.

Tener un lenguaje complicado nos permite retener el control sobre ese conocimiento, pero actuar de esta manera ¿Vale realmente la pena?

Para responder a esta pregunta pensemos:

  1. El consumidor ha cambiado (por eso lo llamamos prosumidor)
  2. Somos parte de la cultura del “hazlo tú mismo” (DIY)

Si sumamos estos dos factores nos resulta obvio que el consumidor quiere formar parte del proceso.

Si lo hacemos participe del proceso evitaremos oscurantismos, malentedidos o casos de crisis reputacional y conseguiremos que el cliente sienta control sobre su situación, que sepa cómo va su caso, los tiempos de espera, del proceso y generaremos confianza.

Estrella Montelío tiene publicados en su web (https://estrellamontolio.wordpress.com/)  distintos artículos, mi favorito es: “la modernización del discurso jurídico español impulsada por el Ministerio de Justicia”  donde se presenta el contenido del “informe de la comisión de modernización del lenguaje jurídico”.

Es especialmente relevante el siguiente fragmento:

“Resulta patente y probado que la mayor parte de los ciudadanos españoles no están cómodos ni satisfechos con los modos comunicativos incomprensibles que usa la Administración de Justicia cuando se dirige a ellos. En este sentido, las encuestas realizadas a la ciudadanía desde la recuperación de la democracia ponen de manifiesto que los ciudadanos confían en el rigor y calidad de los profesionales del derecho pero que, al mismo tiempo, no les comprenden o, en el mejor de los casos, les comprenden con dificultad. Asimismo, las quejas formuladas ante el Servicio de atención al ciudadano del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) indican que el lenguaje jurídico es críptico y oscuro, y que resulta incomprensible para el ciudadano, especialmente en aquellos procedimientos en los que no es preceptiva la asistencia letrada. Igualmente, los barómetros de opinión del CGPJ muestran, a su vez, que un 82% de los ciudadanos considera que el lenguaje jurídico es excesivamente complicado y difícil de entender.

En efecto, a menudo, las personas que acuden ante un tribunal no entienden bien la razón por la que han sido llamadas y, muchas veces, salen sin comprender el significado del acto en el que han participado o las consecuencias de este.”

Viendo todo lo que he comentado hasta aquí la conclusión que podemos sacar es que ser claros y transparentes es una necesidad que debemos satisfacer, porque, además de crear un valor añadido para nuestro cliente, permitiremos que el cliente disfrute de su derecho a entender.

El derecho es de todos.

El derecho es de todos, pero si lo manejamos y controlamos unos pocos estamos creando una brecha que, a mi juicio, no debería existir.

Un ciudadano tiene el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión, pero si el derecho es difícil de entender, estaremos dejando a mitad el pleno cumplimiento de este derecho fundamental.

Instituciones públicas, como el Ayuntamiento de Madrid, están tomando cartas en el asunto y el Tribunal supremo hace un esfuerzo para que la redacción de sus sentencias sea más clara (si buscas una sentencia del Tribunal supremo de los años 90 y la comparas con las que dicta el mismo tribunal en los años 2010 y ss verás a lo que me refiero)

Por lo tanto, si las instituciones públicas y los tribunales están haciendo un esfuerzo, nosotros, los abogados, no podemos quedarnos atrás y debemos hacer el mismo esfuerzo.

Hoy, más que nunca, necesitamos esa claridad y transparencia para la defensa efectiva de los derechos de nuestros clientes.

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La metafísica de los helados

Cuando empiezo este apartado no puedo evitar pensar.

¿Quién diablos me manda a hacer una encuesta en Twitter?

Cuantas preguntas os estaréis haciendo con tres simples líneas, podría empezar a responderlas pero vayamos a lo que importa: los helados.

https://twitter.com/MarelisaBlanco/status/1125473240372207616

Los helados tienen, por fortuna, un sinfín de sabores, los hay de chocolate, de menta, de licores, de salmón o de tortilla de patatas.

Puedes encontrarte auténticas exquisiteces y auténticas aberraciones ¡que emocionante es el mundo de los helados!

Tanto como el mundo de los escritos de los abogados.

Como los helados, los escritos de los abogados tienen un formato compartido pero un sinfín de contenidos y de maneras de expresarse, hay quien tiene una forma de escribir que delata a todas luces a un novelista frustrado y hay quien tiene una forma de escribir que te hace pensar en un cirujano.

Tenemos, como vimos, unos patrones rutinarios definidos que nos diferencia del resto de los mortales. Esta identidad lingüística nos lleva a un terreno pantanoso donde solo nos entienden nuestros semejantes (policías, jueces, fiscales, LAJ…)

¡Sí! El mundo de los escritos de los abogados es maravilloso.

Y me lleva de cabeza por dos motivos:

1)           ¿Podríamos hacerlo más simple?

Es cierto que me encanta que mis semejantes opinen que he escrito una obra de arte, pero es más cierto que prefiero que mi cliente me entienda.

Nuestro lenguaje hace que estemos hablando dos idiomas distintos, lo cual puede ser un poco incómodo cuando tenemos que pensar con el cliente en el centro, deberíamos ser capaces de utilizar un lenguaje más sencillo para explicar al cliente lo que necesita, de tal forma que: sobran participios, gerundios, impersonalidades y todo aquello que no sea sujeto, verbo y predicado.

Como he comentado antes,  el rigor jurídico no está reñido con la comunicación clara y sencilla y si, además, lo ponemos en un formato más sencillo de leer… ¡tenemos ganado el cielo!

2)           ¿Podríamos hacerlo desde el diseño?

Los mejores abogados que conozco planifican con lápiz y papel los escritos que desarrollan luego en el ordenador.

Podríamos utilizar ese primer momento de planificación para hacer una estructura más completa, pensando con el usuario en el centro y como facilitar (aún más) el baile de letras que conforman nuestros escritos.

Por ejemplo, el folio en sentido horizontal puede ser una revolución. Si añadimos información visual sería más ameno y ayudaría a las personas que se manejan mejor con imágenes.

El origen de estas reflexiones viene de mi interés por el Design Thinking y el Visual Thinking aplicado al mundo legal.

Para situarnos, el Design thinking es una metodología donde se pretende dar soluciones a problemas centrados en el usuario.

En el mundo legal entiendo que tenemos dos destinatarios centrales:

El cliente y los tribunales.

A los tribunales nos dirigiremos como siempre y si añadimos chispitinas de colores a nuestro escrito seguramente será mucho más delicioso.

A nuestros clientes nos podríamos dirigir cambiando el chip, de esta forma, usaríamos un lenguaje acertado, pero claro y sencillo, sin recurrir a figuras lingüísticas propia de nuestra profesión, porque si decimos “se presentó el escrito” ya estamos omitiendo el sujeto y lo más lógico es que preguntemos ¿Quién presentó el escrito?, si escribimos para nuestro cliente al final lo que le damos un helado de morcilla.

Nuestro deber, como profesionales, es solucionar problemas, tenemos una responsabilidad social, pero actualmente nos están pidiendo a gritos que nos acerquemos a la sociedad.

Los tiempos cambian y con ello la forma de relacionarnos, algunos lo usarán como herramienta de marketing, pero otros ven las verdaderas bondades y mejoran su uso día a día al implementarlo y creer en ello.

Comparto con vosotros unos tips para convertir vuestros escritos en deliciosos helados.:

  1. Planificación

¿Quién va a leer el escrito?

¿Cuál es la función del escrito?

¿Puedo incluir elementos visuales?

¿Qué tono puedo usar?

  1. Estructura.

Elementos que me gustan para estructurar:

Utilizar cuadros de texto para resaltar elementos.

Darle aire (dejar espacios en blanco)

Jerarquizar: la información más importante debe ser central, puedes usar, coloca el tema central en el título y subtítulos  o entradillas y cambiales el tamaño de la fuente.

La negrita aumenta el grosor de las letras y si se usa poco destaca maravillosamente (Recuerda, si destacamos mucho no destacamos nada)

No uses  mayúsculas para resaltar, no hace falta gritar.

enumera

Si puedes hacer un resumen al principio es ideal porque ya le das una idea general al cliente

Si usas conclusiones intermedias para cada apartado mejor.

  1. Lenguaje jurídico:

¡Tecnicismos sí! Seguidos de un “es decir” o explicación en cuadro de texto.

LOS NO

–             Gerundios, participios e infinitivos.

–             Voz pasiva

–             Acumulación de negación

  1. Utiliza imágenes y gráficos.

Los iconos. Cuidado! Mézclalos siempre con lenguaje escrito para darle precisión al mensaje porque solos puede llevar a otras interpretaciones si no están perfectamente perfilados.

Los gráficos: solo un color, Word tiene muchas tipos y son muy útiles.

Fotografías: Ojito con el copyright, lo que está en internet tiene dueño, salvo que esté en dominio público o  tenga una licencia creative common que te permita su uso comercial. Paga las licencias (que siempre es bueno apoyar a los artistas)

Ejemplo:

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Creo que con esto nuestros helados serán mucho más apetitosos.

Creo que ya me he pasado de texto, gracias por acompañarme hasta aquí, espero que pronto veamos escritos e informes más originales, y que las demandas puedan incluir algún elemento visual para esclarecer la situación (aunque sea como anexo) pero lo siguiente que quiero es ofreceros un helado de melón:

Si la ley de propiedad intelectual dice que es protegible toda obra original expresada por cualquier medio o soporte… en todo aquello que no sea citar leyes y las resoluciones de los órganos jurisdiccionales y los actos, acuerdos, deliberaciones y dictámenes de los organismos públicos…

Una cuestión interesante ¿verdad? He aquí la metafísica de los helado25.jpg

Valencia, 10 de julio de 2019


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Marelisa Blanco Pérez. Abogada y socia de Enatic, donde se dedica al área tecnológica y propiedad intelectual. Además, le apasiona el dibujo y cómo mezclarlo con el Derecho definiéndose a ella misma como “Dibugada”.

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