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Medicina digital. ¿Se puede trasladar la responsabilidad del deber de cuidado al paciente? A cargo de Angela Lozada

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El mundo se encuentra maravillado con los nuevos avances tecnológicos y cada vez se le busca nuevas oportunidades de explotación para mejorar la calidad de vida de las personas

Son muchos los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad actualmente, pero sobre todo nos enfrentamos al reto de comprender supuestos fácticos y problemas jurídicos que se derivan de la implementación de la tecnología, para valora los riesgos que éstas pueden generar, para abordar un análisis desde una mirada interdisciplinaria y buscar dar soluciones eficientes en beneficio de todos.

Uno de los principales retos es saber cómo adaptarse a la innovación intercambiando ideas, valores, intereses y normas sociales en diferentes contextos; sin desconocer que estos avances tienen un impacto transformador en todas las industrias, desde la manufactura hasta en el sector de la salud.

Uno de los campos más beneficiados por los avances de dispositivos tecnológicos es el campo de la salud, donde las respuestas se requieren de manera rápida, exactas y oportunas, mejorando la efectividad de los diagnósticos y de los tratamientos.

Algunos dispositivos médicos tecnológicos que han contribuido en estos fines, por mencionar algunos:

  • Glucómetro inteligente para los que padecen diabetes: el cual se conecta al Smartphone donde se almacenas datos detectados en la muestra de sangre y todos esos datos, permiten hacer una correlación para controlar sus conductas para evitar un coma diabético o alguna alarma para el paciente.
  • Aplicaciones para la ejecución de electrocardiogramas: diseñadas para pacientes con cardiopatías diagnosticadas o con indicios de padecer este tipo de enfermedades; las cuales están diseñadas para registrar, almacenar y transferir ritmos por medio de sensores que se conectan vía bluetooth, donde se muestran los ritmos cardíacos del ECG y se detecta la presencia de fibrilación auricular y ritmo sinusal normal.
  • Robot: que ayudan a los pacientes con sus tratamientos recordando la hora para la ingesta de su medicación. Son robots que se adapta al paciente, le hace preguntas y le hace recomendaciones para cuando debe llamar al médico o activan una alarma cuando se requiere solicitar ayuda y al final de mes, envía un informe de la condición durante el mes al profesional de la salud
  • Pastillas inteligentes: Son píldoras que se disuelven fácilmente en el estómago y producen una pequeña señal la cual es captada por un sensor, el cual se encarga de transmitir los datos a una aplicación del smartphone, lo que confirma que el paciente ha tomado su medicamento en el horario y según las indicaciones el médico.
  • Botes inteligentes de medicamentos: Sonbotes con tapa con Bluetooth que registran cada vez que el paciente retira una píldora; si no retira la pastilla en el horario indicado, le envía una alarma al celular. Adicionalmente, se encuentra la app se conecta con la farmacia, para que en el momento que se comiencen a acabar, realiza la solicitud a la farmacia más cercano o más económica, para que le suministre antes de que se terminen.

Todos estos dispositivos médicos cuentan con tecnología de Internet de las cosas, también llamado IoMT (internet de las cosas médicas), los cuales cuentan con sensores conectados a internet permitiendo conectarse a plataformas en la nube en las que se registran y almacenan los datos obtenidos.

Y es así como toma gran relevancia la medicina digital, donde se emplea nueva tecnología en temas de salud para el cuidado y control remoto del paciente, permitiendo que los profesionales de la salud puedan obtener información en tiempo real, posibilitando el diagnóstico o tratamientos más personalizados, precisos y efectivos dependiendo de las necesidades de cada paciente.

Esta adquisición masiva de información genera algunas inquietudes frente a la responsabilidad de los diferentes actores que participan en el proceso, entre ellos encontramos: al paciente, al médico tratante, las entidades prestadoras del servicio de salud, las empresas farmacéuticas, los fabricantes de los dispositivos médicos IoMT, los desarrolladores de las Apps, así como los encargados del servicio de almacenamiento de la información en la nube (cloud computing), como podemos ver son muchos los actores que pueden tener acceso de alguna forma a la información, lo que prende las alertas frente al nivel de ciberseguridad con que deben contar, al igual con el adecuado tratamiento a los datos personales que se almacenarán.

Todo esto resalta las grandes ventajas y beneficios permitiendo estar permanentemente conectados con el médico; pero también como abogados nos genera algunas alertas e inquietudes frente a los temas de la protección de los datos personales que se debe garantizar por tratarse de datos sensibles.

Otras cuestiones que son interesantes de analizar en términos técnico-jurídico frente a cada uno de los actores que hacen parte del proceso son:

Los pacientes: Se enfrentan a grandes dilemas, primero a la autorización que deben proporcionar al aceptar los términos y condiciones de uso de las aplicaciones que utilizan los dispositivos médicos, que en muchas ocasiones no son adecuados, pues comenzarán a recabar información personal sobre su situación de salud, actividades que realiza, etc. Otro dilema es sobre el tratamiento de los datos personales, porque debe quedar completamente clara la finalidad y los usos que se le van a dar a los datos, más porque estamos hablando de datos sensibles.

¿Qué pasa si el paciente debe de aceptar los términos y condiciones porque requiere del dispositivo, pero en estos términos aparece que el paciente autoriza la transferencia de los datos a terceros? Quiénes serán los terceros y que uso le darán? O dice que se van a recolectar más datos de los que el paciente desea suministrar?

Los médicos tratantes: Serían los responsables de leer los términos y condiciones de los dispositivos que refieren a sus pacientes?, esto no excedería las competencias del profesional de la salud? Pero también debemos tener presente que el paciente confía en el concepto del médico y considera que si el médico se lo formula, es porque está bien su uso.

Las empresas farmacéuticas: son las ventajas que genera a las empresas farmacéuticas el incluir soluciones innovadoras en medicamentos que ya han expirado la patente para la explotación patrimonial del medicamento, el cual sería el mismo medicamento pero incluyendo estos sensores, lo que le permitiría innovar introduciendo tecnología, así pueden seguir explotando nuevamente la patente.

Las entidades prestadoras del servicio de salud: al recetar los médicos estos medicamentos inteligentes, pueden salir exonerados de responsabilidades médicas al demostrar la negligencia o imprudencia del paciente al no seguir el tratamiento como le fue formulado, trasladando la responsabilidad de auto-cuidado al paciente.

Los desarrolladores de los dispositivos médicos IoMT, los desarrolladores de las Apps, así como los encargados del almacenamiento en la nube: a los ingenieros informáticos nos inquieta un poco los niveles de seguridad con los que cuentan cada uno de estos componentes, para ofrecer la protección necesaria de la integridad y la confidencialidad de los datos y a la vez, minimizar los riesgos de ser hackeados.

Otros actores involucrados: Existen otra serie de actores interesados en la explotación masiva de los datos adquiridos, pues firman alianzas para que les sean suministrados estos datos y no sabemos con cuál finalidad estos terceros los emplearán. Por ejemplo, una compañía aseguradora, le puede interesar conocer si su cliente está siguiendo a cabalidad el tratamiento sugerido por el médico.

Son muchos los cuestionamientos que se deben solucionar frente a estos avances tecnológicos y los cuales requieren la intervención de grupos interdisciplinarios que contribuyan a que estas tecnologías avancen de forma ética.

Es claro que es el momento de incursionar de en estas tecnologías como abogados, porque no solamente vamos a tener que apoyar y asesorar en los conflictos que se puedan generar, sino también porque en un futuro muy cercano, seremos pacientes y a la vez consumidores de estas tecnologías.

Angela Lozada

9 de marzo de 2021


Marca personal: CyberAbogada

Ingeniera de Sistemas egresada de la Universidad EAFIT y Abogada de la Universidad Autónoma Latinoamericana – UNAULA, con competencias especializadas en Derecho Informático, miembro asesor del Semillero Derecho Tecnología e Innovación de la Universidad de Antioquia y Líder del programa WOMCY Talks – Mujeres en Ciberseguridad en Latinoamerica.

Una mujer emprendedora, inspiradora y creyente del poder de la tecnología; que se desempeña como asesora jurídica en temas de seguridad de la información, protección de datos personales, delitos informáticos y en los desafíos jurídicos de la industria 4.0

Asesora en temas relacionados con el análisis legal vinculados a las tecnologías de la información para procesos penales, laborales, de familia, entre otros.

Apasionada por los retos que implican prevenir y gestionar los incidentes de ciberseguridad y la gestión estratégica que implica la transformación digital en nuestros días.


Redes Sociales: @CyberAbogada • Facebook • LinkedIn • Twitter • Instagram

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